BAGELS

* SIN GLUTEN * SIN LECHE * SIN AZÚCAR AÑADIDO * SIN HUEVO * VEGAN
Mirar que llevo tiempo intentando hacer unos bagels decentes porque me encantan y me parecen una solución excelente para una cena rápida por ejemplo con un poquito de lechuga y pechuguita de pavo pero nada, que no había forma humana de que me saliera algo comestible hasta que encontré esta receta en manualidadessingluten.com.

Vale que cambié algunas cosas pero el resultado es espectacular y el sabor y la textura increíbles, además se pueden congelar y tostar después y estarán igualmente estupendos, no cambian ni un ápice y además al utilizar la harina de trigo sarraceno, le da un sabor a pan integral magnífico.

Utilicé 60 gr. de almidón de yuca, 60 gr. de harina de trigo sarraceno, 120 gr. de preparado panificable Proceli, 5 gr. de sal, 125 gr. de agua templada, 15 gr. de levadura fresca, 20 ml. de sirope de agave, 2 cdas. de AOVE, 1 cda. de bicarbonato sódico y semillas de chía y sésamo para adornar (opcionales).

Lo primero que tenemos que hacer es activar la levadura así que en un bol vamos a poner el agua templada junto con la levadura fresca y el sirope de agave. Removemos y esperamos unos minutos hasta que la levadura empiece a espumar.

Mientras en la amasadora o en el bol donde vayamos a amasar echamos las harinas y la sal. A continuación vertemos el agua junto con la levadura ya activada y el AOVE.

Amasamos la mezcla durante unos 10 minutos asegurándonos de que todas las harinas quedan perfectamente integradas.

Nos va a quedar una masa pegajosa.

En el mismo bol dónde hemos amasado, dejamos levar la masa tapada con un trapo húmedo. Yo la pongo a levar siempre en el horno que previamente he precalentado a 50º y apagado después. 

Después de que la masa haya levado (una hora después aproximadamente) la dividimos en 6 porciones. 

Preparamos la bandeja donde vamos a hornear los bagels con papel vegetal y ayudándonos de un poco de agua para mojarnos las manos y evitar que la masa se nos pegue vamos a ir dando a cada porción de masa la forma de los bagels, es decir, como un donut con un agujero en medio y vamos a poner cada bagel sobre la bandeja bastante separados entre sí porque después de este proceso hay que hacer un segundo levado (de nuevo los he vuelto a meter en el horno que aún conservaba el calorcito) de unos 20 minutos en el que van a crecer y no queremos que se nos peguen unos a otros.

Pasado este segundo levado. Vamos a precalentar el horno a 200º y mientras en un cazo vamos a poner agua a hervir con una cucharada de bicarbonato.

Cuando el agua esté hirviendo, con mucho cuidado (yo me he ayudado de una espátula humedecida en agua para que no se me pegue la masa) vamos a sumergir cada bagel en el agua unos segundos y a sacarlos y ponerlos sobre la bandeja de horneado.

Es mejor sumergir cada bagel por separado ya que la masa es muy delicada y pegajosa y podemos correr el riesgo de que o se nos peguen entre sí o que se nos rompan al sacarlos.

Mientras aún están mojados, vamos a adornar con unas semillas de chía y sésamo en mi caso, pero podéis utilizar semillas de amapola o pipas de girasol o de calabaza o simplemente no ponerles nada.

Ahora metemos al horno unos 15 minutos hasta que estén dorados. Si veis que se os doran muy rápido, taparlos con un papel de aluminio hasta terminar la cocción para que no se quemen.

Sabremos que están hechos cuando al golpearlos por debajo suenen a hueco.

Los dejamos enfriar sobre una rejilla y listos para comer.

Si los vais a congelar, partirlos antes por la mitad que luego será mucho más fácil consumirlos.

On egin.

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