BOLLITOS DE FRESAS
No os voy a decir que estos bollitos están recién salidos del horno pero casi, porque los hice ayer a última hora para desayunar hoy. El caso es que esta semana tenía pensado subir otra cosa, pero estoy tan orgullosa de la inventada que me pegué ayer con esta receta y están tan buenos, que si no os los enseño ya reviento jaja.
A veces de las equivocaciones salen unos descubrimientos estupendos y esta receta es buena muestra de ello.
Como hoy no tengo mucho tiempo os libráis esta semana de mi "chapa" habitual y voy directamente a los ingredientes para que hagáis la receta corriendo y comprobéis que tengo razón y que estos bollos de fresa son una auténtica locura.
Como hoy no tengo mucho tiempo os libráis esta semana de mi "chapa" habitual y voy directamente a los ingredientes para que hagáis la receta corriendo y comprobéis que tengo razón y que estos bollos de fresa son una auténtica locura.
Para elaborarlos necesité 350 gr. de harina sin gluten (en mi caso utilicé el mix casero que vengo utilizando últimamente y que me da tan buenos resultados), 1 sobre de impulsor químico (15 gr.), 150 gr. de fresas congeladas y troceadas, 1 huevo L, edulcorante al gusto, 3 cdas. de aceite vegetal (en mi caso de girasol), 170 ml. de leche de almendras sin azúcar añadido y 2 cditas. de extracto de vainilla.
Precalentamos el horno a 180º.
En un bol ponemos el huevo, el aceite, el edulcorante y el extracto de vainilla y batimos hasta que nos quede una mezcla bastante espumosa. En ese momento añadimos la harina y la levadura tamizadas y con una cuchara de palo o una lengua de repostería vamos incorporándolas a la masa. Añadimos la leche poco a poco para evitar que la masa nos quede demasiado líquida. Dependiendo del tamaño del huevo, quizá no necesitemos usar toda la leche, por eso es mejor ir incorporando ésta poco a poco para no pasarnos.
El último ingrediente serán las fresas congeladas que incorporaremos a la masa con ayuda de la cuchara de palo o de la lengua de plástico para que no se nos deshagan.
Ahora sólo nos queda repartir la mezcla en moldes individuales. Yo utilicé unos que tenía por casa de papel, pero podéis utilizar los que queráis, lo único que si son de vidrio o de cerámica, habrá que aumentar el tiempo de horneado unos minutos porque el calor va a tardar más en llegar a la masa.
Metemos nuestros bizcochos en el horno con calor arriba y abajo a 180º durante unos 25 minutos. Yo puse la bandeja en el segundo nivel del horno empezando por abajo, porque no quería que se me tostaran mucho por arriba.
Sabréis que están hechos cuando al insertar un palillo éste salga limpio.
Dejar enfriar sobre una rejilla.
On egin.
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