MAGDALENAS TRADICIONALES
Entre tanto muffin y cupcake, se nos van a olvidar las magdalenas de toda la vida.
No me voy a meter ahora con las diferencias de cada uno porque obviamente las tienen aunque a priori mucha gente piense que son lo mismo, pero en cualquier caso unos y otros están de muerte y son una compañía inmejorable para un buen café, un té o un tazón de leche.
Reconozco que a mí las magdalenas no me chistan excesivamente pero en casa les encantan así que como era una de esas recetas que siempre tengo pendientes de hacer sin gluten y sin leche y sin azúcar y sin na de na pues me puse a buscar por la red alguna propuesta interesante y encontré una adaptación de unas magdalenas fantásticas de Xabier Barriga que había hecho la propietaria del blog celiciusglutenfree que me pareció genial y allá que me fui a mi cocina-laboratorio para hacer una nueva versión que además de no llevar gluten tampoco tuviera lácteos ni azúcar añadido.
Y el resultado fueron unas magdalenas con un suave aroma a anís, deliciosas y esponjosas que guardadas en una bolsa con cierre hermético aguantan en perfecto estado una semana.
Vamos a ello?
Lo primero es nuestra premezcla de harinas sin gluten, en este caso usé 84 gr. de almidón de maíz, 63 gr. de fécula de mandioca y 63 gr. de harina de arroz.
Y ahora el resto de ingredientes: 3 huevos M, 60 gr. de leche de almendras sin azúcar añadido, 8 gr. de polvo de hornear, 1 cdita. de aroma de anís, 15 ml. de sirope de agave y 160 gr. de aceite de girasol.
En un bol batimos los huevos junto con el edulcorante hasta conseguir una mezcla espumosa. En ese momento añadiremos la leche y el aceite y seguiremos batiendo a velocidad alta unos 2 minutos más hasta conseguir una masa con mucho aire.
Agregamos las harinas y la levadura y mezclamos todo durante un minuto más.
Tapamos el bol con un film transparente para que quede bien cerrado y metemos en la nevera.
Yo dejé la mezcla hasta el día siguiente, pero con un mínimo de dos horas es suficiente.
Cuando vayamos a hacer las magdalenas, precalentamos el horno a 250º.
Llenamos con masa cada molde pero sólo hasta la mitad, porque luego como van a subir, se nos van a desparramar y no es plan de tener unas magdalenas apachurradas.
Metemos al horno y bajamos la temperatura a 210º. Horneamos 16 minutos.
Cuando estén listas dejamos templar, desmoldamos y dejamos que se enfríen del todo sobre una rejilla.
On egin.
Reconozco que a mí las magdalenas no me chistan excesivamente pero en casa les encantan así que como era una de esas recetas que siempre tengo pendientes de hacer sin gluten y sin leche y sin azúcar y sin na de na pues me puse a buscar por la red alguna propuesta interesante y encontré una adaptación de unas magdalenas fantásticas de Xabier Barriga que había hecho la propietaria del blog celiciusglutenfree que me pareció genial y allá que me fui a mi cocina-laboratorio para hacer una nueva versión que además de no llevar gluten tampoco tuviera lácteos ni azúcar añadido.
Y el resultado fueron unas magdalenas con un suave aroma a anís, deliciosas y esponjosas que guardadas en una bolsa con cierre hermético aguantan en perfecto estado una semana.
Vamos a ello?
Lo primero es nuestra premezcla de harinas sin gluten, en este caso usé 84 gr. de almidón de maíz, 63 gr. de fécula de mandioca y 63 gr. de harina de arroz.
Y ahora el resto de ingredientes: 3 huevos M, 60 gr. de leche de almendras sin azúcar añadido, 8 gr. de polvo de hornear, 1 cdita. de aroma de anís, 15 ml. de sirope de agave y 160 gr. de aceite de girasol.
En un bol batimos los huevos junto con el edulcorante hasta conseguir una mezcla espumosa. En ese momento añadiremos la leche y el aceite y seguiremos batiendo a velocidad alta unos 2 minutos más hasta conseguir una masa con mucho aire.
Agregamos las harinas y la levadura y mezclamos todo durante un minuto más.
Tapamos el bol con un film transparente para que quede bien cerrado y metemos en la nevera.
Yo dejé la mezcla hasta el día siguiente, pero con un mínimo de dos horas es suficiente.
Cuando vayamos a hacer las magdalenas, precalentamos el horno a 250º.
Llenamos con masa cada molde pero sólo hasta la mitad, porque luego como van a subir, se nos van a desparramar y no es plan de tener unas magdalenas apachurradas.
Metemos al horno y bajamos la temperatura a 210º. Horneamos 16 minutos.
Cuando estén listas dejamos templar, desmoldamos y dejamos que se enfríen del todo sobre una rejilla.
On egin.
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